domingo, 22 de agosto de 2010

Proxima estación...



Metro de Madrid

La primera vez que me subí al metro en Madrid, sentí miedo, pánico, terror. Sabía que era una ciudad con un metro increíble, pero tan sólo el hecho de pensar en la palabra "metro" me recordaba al metro de la Ciudad de México. Colores tristes, miradas peligrosas, un olor peculiar es lo que recuerdo del metro de la Ciudad de México.

Cuando recuerdo el metro de Madrid, tan sólo se me vienen a la mente buenos recuerdos.

Cómo olvidar la primera vez que fui a la escuela solo; tenía que recorrer diez estaciones para llegar a mi escuela. Diez largas estaciones donde pasaba de todo. Podía ver a la gente que entraba y salía de los vagones, todos con características diferentes. Me podía enterar de cuales eran los libros que mas se leían, fui víctima de comprarme el mas visto entre los lectores del metro. Podía oír perfecto las conversaciones de la gente que parecía que discutían pero no, así es su tono de voz (¡qué me encanta!). Me preocupaba por la gente anciana que llegaba al metro y necesitaba sentarse, me remordía la conciencia sino me levantaba y les cedía mi lugar. Me di cuenta de que en Madrid no existe la caballerosidad, no por falta de educación sino por equidad entre géneros. Conocí tantas canciones españolas que hoy en día son mis favoritas.

En la noche el metro de Madrid era totalmente diferente, en especial los "findes". Me encantaba ver a todos los "chavales" bien arreglados; listos para el botellón, la fiesta, la marcha o simplemente una cena en Plaza Mayor. El metro era el lugar perfecto donde todos los "compis" quedaban para después armar un buen plan. Aún recuerdo esa emoción que sentí la primera vez que salí en la noche. Toda la gente cantando, armando el "preocopeo" con sus vasos de marcha, sus hielos y su bebida. En un principio me daba miedo que hubiera tanta gente en un mismo vagón, al final era yo quien le encantaba cantar y bailar en el metro listo para la fiesta.

El metro de Madrid, sin duda la conexión para todas mis aventuras. Sí cada vagón de Puerta del Angél (estación de metro donde estaba mi piso) hablará... no acabaría de contarles tantas experiencias.

Cuanto hecho de menos mi Metro... en especial cuando el transporte público en México está tan mal organizado. Como extraño mi abono mensual, la voz avisándome la siguiente parada, tanta moda europea saliendo y entrando, las miradas "ligadoras" que iban y venían pero sobretodo cuánto extraño cada destino que el metro de Madrid podía llevarme.

Proxíma estación"..." atención estación en curva al salir tenga cuidado de no introducir el pie entre coche y andén


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